Avanzadora

Rosa Mária Badillo Baena

Mujer y Libertad

HIJA DEL INSTANTE

Hija del instante soy

me reconozco en la hormiga,

en la piedra,

en el brote nuevo.

Hija de lo que permite,

que todo suceda.

Rosa silvestre

que escucha a los pájaros

y emerge de creencias limitantes

que sepultan lo más bello.

Hija del instante,

hija de mí misma.

Compañera ancestral

que retumba

desde el principio de los tiempos

en mi corazón.

Recital: La Grandeza Humana en la Biblioteca Manuel Altolaguirre. En la foto se puede ver a Rosa María junto a dos alumnas Isabel Pérez Gallego y Josefina Mendoza, dos magníficas poetas.

LAS ALAS ABIERTAS DE LA LIBERTAD

Me amo
y acepto mi humanidad.
Gozo de vivir.
Expando mi ser infinito.
La vida está a favor de mí.
Confío, me entrego…
Me abro al placer
y siento la alegría de estar viva
en cada una de mis células.
Este sentimiento es mío,
a nadie le pertenece.
Está en mí porque hice mi camino.
Me interné en lo desconocido.
Me arriesgué a ser feliz.
Me abrí paso a través del dolor,
del miedo y de la mentira.
Tengo la valentía, la osadía
de disfrutar de la vida.
Y contra todas las culpas
que han querido enterrarme,
siento la dicha de ser mujer
en este mar de la vida.

EL AMOR DE MI VIDA

No sentía que tenía un lugar,
que era de la Tierra.
No sentía que tenía raíz.
Vivía en la cabeza
huyendo de mi cuerpo,
del dolor de parirme a mí misma.
Pero, ahora sé que pertenezco
que tengo mi lugar
y mi raíz,
que soy un árbol hecho mujer,
una gran emperatriz.
Ahora sé,
que soy la reina de mi vida,
que soy lo que soy
y me puedo expandir.
Ahora sé,
que soy mi gran amiga,
mi propia madre, mi niña
y lo que quiera ser.
Porque cuento conmigo,
porque estoy en mi centro,
porque ya es hora de ser:
el amor de mi vida.

LA MUJER EXPANDIDA

La mujer expandida

se hace de miel

cuando camina hacia el mar.

Viste una hermosa túnica

bordada con el latido de la naturaleza.

En ella, lo antiguo se hace nuevo.

Ha roto los muros que separan los tiempos

y ha tejado su casa de sueños que ya son.

Los pasos de la rosa

se abren camino del mar.

Ha podado sus apegos

y ha quemado las ramas secas

de los roles que tuvo que representar.

La brisa que roza su pelo

sólo le habla de libertad.

Su mirada se alza como una gaviota.

Se hace universal.

Caracola (2015)

Autora: Rosa María Badillo Baena