Avanzadora

Rosa Mária Badillo Baena

La Maravilla

EL TESORO DE LA INFANCIA

Quién iba a saber que durante la infancia

todos recibimos una herencia especial

y que con este tesoro las energías creadoras de la vida

iban a tallar a un Ser sin igual.

AHORA, YA LO SÉ, que siempre contamos

con el inmenso Amor de nuestros Antepasados

para Caminar con el Corazón por la Humanidad.

Y que mis regalos fueron:

de mi madre: la fuerza y  el coraje de vivir;

de mi padre: la sensibilidad y el compromiso social;

de la Tierra, el poder de continuar

y el legado del Infinito, de lo celestial,

para convertirme en una Escritora de la Libertad.

    PESCANDO SABIDURÍA

     Anoche fui a pescar

     y tendida en la arena

     pesqué sabiduría

     escuchando a las olas del mar.

     Sentí que la misma energía

     que mantiene a los planetas

     cada uno en su lugar,

     es la que nos sostiene.

     Y oí que las olas me decían:

     “Suelta, deja ir…

      porque todo llega y se va”.

SIGUIENDO MI CAMINO

Me encuentro con una mujer

que no sabe lo que es: Ser.

Me dice: “me voy, porque resulta

que estoy perdiendo toda la mañana.

¿Cómo puedes perder?

Si estás en ti,

si eres tú , aquí y ahora,

quién mira, quién ama;

si eres tú, aquí y allí,

donde quiera que esté tu cuerpo y tu alma.

Su madre, de negro, me mira y se adelanta.

Sé lo que piensa: “Otra vez esta mujer

haciendo perder el tiempo a mi hija

con sus ideas, con sus sueños,

con su catarata desbordante de esperanzas.

¿A caso, eso da dinero, es rentable? ”

Las miro y no las encuentro, están ausentes.

Sólo sus pequeños egos me responden

con la carencia, con la falta, con el ansia

de querer más, ¿de más qué…?

Es la ignorancia quien las desviste

de su grandeza humana.

 

Luego, me asomo a otra ventana.

Hablo con un joven camarero.

Me mira tan profundamente,

me escucha con tanta calma.

Está totalmente presente.

Me asombro y no sé que decirle,

balbuceo unas palabras:

“Hay un camino, hay esperanza…”

Pero, el camino no es hacia fuera,

el camino es hacia dentro.

Es prestarnos atención,

reconocer hondamente

nuestra grandeza humana.

Es encontrarnos con nuestro Ser

más allá de los personajes

que representamos en la rutina diaria.

Es abrirle las compuertas a los manantiales de la vida

que se esconden detrás de las palabras.

Es conectar con la total abundancia.

Entonces el charcutero se convierte en un ángel

cuando te sonríe y el minuto es un espacio sin tiempo

que se extiende y se moldea a nuestro gusto…

Es reconocer lo que somos,

penetrando todas las máscaras.

Es amar y agradecer que estás viva.

Es sentir tu Ser dentro de ti

y dejar que alumbre con su grandeza la vida cotidiana.

TEJIENDO LA RED

Me he convertido en un punto

de la red de la Vida.

Cuando me muevo para dar

lo que otro necesita,

por otro lado recibo

aquello que no tenía.

Este maravilloso tejido circular

que sostiene el Universo

me asombra cada vez más.

Las conexiones de igual a igual

es la sociedad que viene.

No es ninguna utopía

están creándose ya

las redes de Humanidad.

Rosa María junto con dos amigas escritoras: Maribel e Isabel Pavón, en la antigua biblioteca Manuel Altolaguirre de Málaga.

EL LATIDO DE LA VIDA EN MÍ

Estoy aquí,

dejé de ser castillo

y encontré

el río que fluye.

Estoy aquí,

para gozar como una enamorada

de los regalos de la Vida.

Estoy aquí,

como la Farola

que lanza destellos al mar.

Abre tus puertas,

no temas.

Vengo cargada de riquezas

del camino,

dispuesta a compartir.

Estoy preparada para recuperar

el latido de la naturaleza en mí.

INSPIRACIÓN

Sentada en mi butaca,

en el filo de los tiempos

que me ha tocado vivir,

me dispongo a escribir.

La eternidad me traspasa

para hacerse vida en el papel,

estoy inspirada.

Cada uno de mis dedos

es un río conectado con el alma.

Todas las energías convergen en mi Ser,

la inspiración me susurra su canción

y me nacen alas.

Me convierto en transmisora de océanos,

en sanadora de palabras.

Mis manos danzan

hilando la belleza y el misterio,

tienen la llave para abrir todos los horizontes.

ESCRIBO…

Mientras Orión expande su luz

en la vibrante noche estrellada.