Avanzadora

Rosa Mária Badillo Baena

Artículos

                                           RECUERDA

 

                             Ya me entregué al poder que mi destino rige.

                             No me aferro a nada para no tener nada que defender.

                             No temo a nada para poder acordarme de mí…

                                                   Oración del guerrero

 

En lo cotidiano está la maravilla. Porque en el diario vivir se encuentran las señales que nos indican el camino. Esta es mi experiencia y como prueba de ello relataré lo que me sucedió un día del pasado mes de Agosto. Esa mañana el calor quemaba más que de costumbre. Acababa de dejar a mi hijo en la academia donde estaba recuperando algunas asignaturas. Me encontraba muy baja de ánimos; algunos acontecimientos de mi existencia me habían arrebatado la alegría de vivir. Me sentía emocionalmente como si estuviera pisando arenas movedizas.

No sabía lo que hacer ni hacia donde ir. Cabizbaja atravesé un lavadero de coches. Después me percaté de que cerca de allí había un parquecillo y me dirigí a un banco azul que prometía un poco de sombra. Tomé asiento y suspirando miré al frente. Un bidón de reciclaje de basura atrajo mi atención como un imán. Su color amarillo chillón hacía resaltar un cartel que tan sólo contenía una palabra en letra mayúscula: RECUERDA.

El significado de esta palabra reverberó en todo mi cuerpo. Hasta el punto de actuar como una palanca que me levantó del asiento e hizo que me sobrepusiera al dolor emocional que adormecía mis facultades. Una fuerza de voluntad inusitada me sacó de la isla de la apatía y orientó mis pasos. “RECUERDA LO QUE ERES”. Me iba repitiendo a mi misma mientras me encaminaba a un lugar donde, sin duda, encontraría respuestas. En mi mente estas palabras se ampliaban y cobraban sentido, convirtiéndose en una poderosa brújula: “RECUERDA QUE ERES UN SER HUMANO LLENO DE RECURSOS Y QUE PUEDES BUSCAR LO QUE NECESITAS APRENDER”.

Abrí la puerta del edificio y un silencio nutricio me serenó al instante. La estancia, franqueada por un mar de libros, también brindaba el frescor del aire acondicionado. El ambiente acogedor de la biblioteca lo compensaba todo. Aquel lugar era el paraiso. Me senté delante de una mesa blanca dispuesta a indagar y dejarme sorprender por cualquier libro. Sólo tuve que mirar a mi alrededor y un rostro enmarcado en una portada me llamó desde una estantería. Era Blas Infante, el padre de la nación andaluza. Me levanté con curiosidad y leí el título del ejemplar donde se dibujaba su semblante: El ideal andaluz. Volví a mi sitio con el libro en las manos y lo abrí al azar.

Para mi asombro, mis ojos se fijaron en estas palabras: “Es necesario identificar las fuerzas ciegas que están actuando para crear verdaderas soluciones”. Blas Infante se refería a las fuerzas que bloqueaban el avance de la Andalucía de su época. Sin embargo, al leer esta frase supe que contenía la clave para mi propia transformación: hacerme consciente de las fuerzas ciegas que dominaban mi vida. Tenía que observarme para descubrir las creencias limitantes y las emociones que habían provocado mi estancamiento.

Salí de la biblioteca diciendo para mis adentros: “Recuerda que siempre hay esperanza. Lo que tú no ves, lo pueden ver otros e indicarte el camino”. Ese era el legado de la cultura. ¡Qué satisfecha me sentía de haber estudiado! Me dirigí a recoger a mi hijo con otro talante y la vida quiso corresponderme con otra señal que crecía en el asfalto de la carretera. Al bajar el escalón para cruzar la calle, ví como de una madrevieja brotaba una planta que se alzaba al cielo con todo su verdor. El poder de la vida sabía abrirse paso en los sitios más inhóspito.

Al contemplarla tomé consciencia de que yo también tenía esa capacidad, la de superar obstáculos, la de transformar lo más negativo en un impulso para mi crecimiento. Esta cualidad tan admirable, la capacidad transformadora, es la que nos convierte en héroes a los seres humanos. Pero hay otra que nos dignifica aún más, la capacidad de convertir en sagrado cualquier momento de nuestra existencia. Me daba cuenta que estaba haciéndome responsable de mi vida. Por fin , me recordé.

Imagen perteneciente a la colección y exposición de fotografias:

El poder de la vida.

Autora: Rosa María Badillo Baena

       Blas Infante con su hija.
GUERRERAS IMPECABLES:EL ARTE DE HACER POSIBLE LO IMPOSIBLE

                                  “Hay que actuar con un pie en el ahora

                                   y otro en la eternidad”.

                               Rabiya Al Adabiya

 

La realidad que estamos viviendo, con todas sus contradicciones, hace aflorar nuevos perfiles humanos que están dando respuesta a los extraordinarios retos que la vida nos plantea. Éste es el caso de Maricruz Torres Molina, miembro de la Asociación Ciriana de Churriana (España), que está destapando las irregularidades de un proyecto de edificación, producto de la especulación urbanística, que destruiría la playa del Arraijanal, la única virgen de la capital de Málaga. Y el de Nélida Ayay (1), portavoz de las comunidades indígenas que rechazan el proyecto devastador de la minería Yanacocha de la Laguna de Conga en Cajamarca (Perú).

Pareciera que estas mujeres tuvieran que lidiar con el mayor de los monstruos. Y sus figuras, en comparación con los dragones que tienen que vencer, se volvieran pequeñas e insignificantes. Pero, ellas son las heroinas de nuestros tiempos y DEBEN SABER QUE SABEN.

Curiosamente, estas mujeres, hijas del pueblo, están muy preparadas y pueden utilizar su inteligencia para leer un Boja, Maricruz es maestra, interpretar un documento legal o esgrimir una ley, como Nélida que ha estudiado Derecho. Además, de su impecable formación tienen un corazón que las hace sensibles a los desmanes. Ambas poseen la capacidad de comprometerse con una causa justa y la integridad para defenderla. A esto se suma el tener tiempo disponible para investigar y acometer las tareas necesarias para derrotar a Goliat.

Según la sabia escritora y psicoterapeuta Helen Luke: “ El gran desafío que han de afrontar hoy día las mujeres es el de hundir su espada en la cabeza de la desesperación que podría aniquilar a la humanidad. La mujer tiene que utilizar la espada de su discriminación consciente, de su inteligencia e imaginación para acabar con el monstruo devorador de la codicia que amenaza con destruir la bondad humana y toda esperanza de civilización (2)”.

Es muy importante para aquellas mujeres que acometan estas tareas heróicas tener en cuenta ciertos principios que están a su favor:

 

1.- SER PIONERA EN NUESTROS TIEMPOS.

Una pionera abre caminos a la humanidad y para ello tendrá que atravesar muchos muros. Pero, hoy en día ya no es necesario inmolarse. Debe darse cuenta de cuáles son los límites y salvaguardarse, dejando que la vida haga su parte.

 
2.-SER IMPECABLE.

Ser impecable es sentir, pensar y actuar de forma coherente, poniendo toda la intención y todo el corazón en lo que se está haciendo. Cuando la mujer hace todo lo que está en su mano, por muchos noes, barreras o impedimentos que se encuentre, para conseguir su objetivo; genera la fuerza que activa las sincronías. Entonces puede suceder que aparezcan los documentos necesarios, que se acerquen las personas afines o se creen las estrategias más acertadas para afrontar la tarea.

 
3.-ATENTAS AL AQUÍ Y AHORA.

Si estamos atentas al momento presente podremos captar el mensaje que la vida nos va a proporcionar para dar el paso siguiente y actuar de forma adecuada. La sabiduría está en fluir por las puertas que se abren, dejando atrás las puertas que se cierran.

 
4.-ACTUAR SIN EXPECTATIVAS, ESPERAR SIN META.

Después del esfuerzo que la personalidad consciente debe hacer, es necesario retirarse con desapego y dejar que se revelen los hechos. Rendirse a la vida con humildad, evita todo desgaste.

 
5.-SUCEDA LO QUE SUCEDA, LA VICTORIA ES UN HECHO.

Tras haber puesto lo mejor de sí misma en la insigne tarea que se proponga. La mujer, de alguna manera, transformará lo externo, y lo más importante: la guerrera renacerá transformada por las experiencias del camino y en su crecimiento personal ya hay una victoria: ésa es su recompensa.

Por último, queremos señalar que el camino de la guerrera es el mejor, porque ella lo hace el mejor. Es su consciencia y su honestidad lo que convierte cualquier camino en floreciente. En conclusión, el camino de la guerrera es impecable porque como mujer se pone al servicio de la vida.

 

(1) Nélida Ayay es protagonista del documental “Hija de la Laguna”, dirigido por Ernesto Cabellos. Éste se puede ver en Internet de forma gratuita.

(2) Helen Luke: La vía de la mujer. Madrid, Editorial Edaf.

DESMONTANDO LA TRAMPA DE LA CODICIA

                                      Lo que no es,

                                      nos lleva siempre

                                      a lo que es.

                                 Wayne W. Dyer *

 

Cuenta el sabio poeta Carlos Jesús Castillejos, de la estirpe maya tolteca, que había un venado azul que no se dejaba atrapar por unos cazadores que lo perseguían sin tregua. El animal, que era mágico, decidió caer en la trampa de aquellos hombres, que ya eran más depredadores que humanos. Cuando el venado azul fue cazado le preguntó a sus captores: “¿Por qué teniáis tanto interés en cazarme?”. Los hombres le respondieron con estas preguntas: “ Venadito, queremos saber… ¿Por qué no nos florece la vida?, ¿por qué siempre vivimos en la oscuridad?”.

Sin duda, una de las causas de sus males y de nuestros males es: la codicia. Estas gafas con las que vemos el mundo nos la ha puesto el sistema capitalista a través de intituciones como la familia y la escuela. El potente efecto de la codicia en nosotros es proporcional a la carencia de una madre nutricia que nos haya enseñado a cuidarnos, y el de un padre que nos haya educado con la sabiduría de los límites.

Cuando la codicia nos atrapa nos produce una tremenda angustia, un hambre de quererlo todo ¡ya!, como si intentáramos cubrir un vacio imposible de llenar. Yo lo llamo síndrome Dévora. Porque efectivamente nos convertimos en depredadores, con un deseo de poseer y acumular a toda costa, que nos devora la vida. Y éste síndrome aparece a menudo destruyendo la paz de nuestro presente y causándonos ansiedad. Pero, si estamos atentos podemos desmontar esta compulsión para recuperar nuestra armonía. A continuación señalamos algunas estrategias eficaces para liberarnos de la trampa de la codicia:

-DECIRNOS: ES SUFICIENTE.

Hacer en un día lo que buenamente podamos hacer y dejar para el siguiente el resto de actividades. Tener el valor de decir: es suficiente por hoy, abre la puerta a poder decirnos con este comida es suficiente, con el coche que tengo es suficiente… Hasta llegar a sentir que tenemos suficiente.

-HACER LO QUE NOS CORRESPONDE.

Muchas personas se dejan llevar por un hacer, hacer y hacer compulsivo, acaparando actividades que tendrían que realizar otros. Creen que “pueden con todo”. Esta creencia es tan nefasta que convierte a los demás en inútiles y a ellas las convierte en pasto de la enfermedad. Por eso, es tan importante hacer lo que nos corresponde y dejar que los que nos rodean asuman sus responsabilidades.

-CUIDARNOS.

Cuando nos entre el impulso de acumular, hay que identificarlo y reconducir nuestra energía a cuidarnos. Es muy simple, sólo tenemos que cambiar el enfoque de nuestra atención hacia aquello que nos va a ayudar a sentirnos bien sin necesidad de poseer.

Terminamos este artículo con una bella cita perteneciente a la obra de teatro Enrique VI, de William Shakespeare, que contiene el mejor antídoto contra la codicia:

Mi corona está en mi corazón, no sobre mi cabeza;

no está engalanada con diamantes y piedras de la India.

No está hecha para que la admiren. Mi corona se llama contento.

 

* Wayne W. Dyer: Nuevos pensamientos para una vida mejor. Ed. Debolsillo Clave.

Autora del artículo: Rosa María Badillo Baena -Historiadora, Profesora y Escritora-

 
 
UN ÁNGEL EN MI CAMINO
 

Cuando miro a una persona, no me fijo en si tiene dinero o estatus, lo que me importa es si contribuye a la vida. Hay una frase de gran belleza, inscrita en azulejos, que se puede leer en la entrada de la fundación Cudeca (1), dice así: “ Yo esperaba encontrar a los ángeles en el cielo; pero, los he encontrado en la Tierra”. En este artículo me voy a referir a estos seres. Son los atlantes de la vida. A continuación relataré algunos de mis encuentros con “ángeles en la Tierra”, los mismos que me asombran y llenan el alma.

LA ANCIANA DESCONOCIDA. Hoy, he entrado en el mercado buscándola. Tenía la esperanza de hallarla en el puesto de la fruta o en la panadería. Pero; los puestos estaban desiertos, sin clientes a los que les gustara madrugar. Me la encontré allí, con su carro de la compra. No sé cómo empecé a hablar con ella. Tendría unos setenta años y no tenía nada que ocultar, que perder o aparentar. Enseguida me di cuenta de su extraordinaria inteligencia; así que le pregunté y le pedí consejo sobre muchas cosas. Sus respuestas transparentes eran agua viva para un corazón sediento. Me pareció una mujer entrañable y con tanta sabiduría, que esta mañana lamenté no haberla invitado a un café.

EL HOMBRE DE LAS TELAS. Fui un sábado por la tarde a comprar unas cortinas. Era un día espléndido donde sólo apetecía pasear. Sin embargo, aquel almacén de tejidos estaba abierto y sus empleados trabajando, qué mérito. Me atendió un hombre cuya eficacia y disponibilidad me sorprendieron. Su solicitud y consideración me llamó mucho la atención, hasta el punto de que cuando terminó de despacharme le di las gracias por su profesionalidad y un beso.

LA BARRENDERA SABIA. Alicia pertenece al cuerpo de limpieza del pueblo de Mijas. Todos los días nos la podemos encontrar barriendo sus calles. Lo que más destaca de ella es su sonrisa, acompañada siempre de palabras amables y sabias. Ella es una gran señora, una persona excepcional con la que comparto mi pasión por la Historia; pues ambas somos historiadoras. Cuando hablas con ella es como poder acceder a lo mejor de la cultura. Su traje de faena amarillo limón esconde una farola que, barriendo, trae luz al mundo.

UN HOMBRE FELIZ. Paco tiene unos cuarenta años, es moreno y enjuto. Es dueño de una floristería que hace esquina, donde se encuentran todos los vientos. Desde hace tiempo lo tengo “fichao”. Se nota a leguas que está contento con su vida. Siempre se las ingenia para hacerte una rebaja, por muy barata que sea la planta que le vayas a comprar. Sus buenos días te alegran la mañana.

EL TENISTA. La otra mañana iba paseando, cuando veo que por la acera contraria va corriendo un hombre que conozco. Suele ser entrevistado por su magnífica labor al frente de la escuela de tenis, cuyo nombre es Amor y Paz, que esta en Marbella. Desde donde yo estaba le pregunto: “¿Tú eres el gran tenista?” A lo que me responde: “No, soy el tenista”. Para mi asombro cruza la carretera y se dirige hacia mí, deteniendo su actividad deportiva. Es Pepe Imaz. Nos saludamos y le doy las gracias por sus honestos testimonios, recogidos en Internet, que un día me ayudaron en mi caminar. Me mira profundamente y comparte conmigo su verdad: “ Siente…, actúa de corazón…, que la vida organiza…”. Lo que me dijo me llegó hondo y lo aplico cotidianamente.

Y así me encuentro a muchas personas que alumbran mis pasos con sus palabras, día a día; algunas conocidas, otras no. Personas que sostienen la vida y la enriquecen compartiendo su experiencia. Personas que dignifican el hecho de ser seres humanos porque expresan su humanidad. Y, ¡hay tantas…! Cruzarnos con ellas, os lo aseguro, es lo mejor que nos puede pasar.

(1) Cudeca es una fundación donde se ayuda a cuidar a los enfermos de cáncer.